Moisés Solorza, especialista en energía, analizó en LU14 el impacto de la reciente baja del 1% en el precio de los combustibles, señalando que no representa un alivio significativo para los consumidores y criticó la política de dolarización aplicada por el Gobierno.
En el programa “La Mañana de Provincia” de LU14 Radio Provincia de Santa Cruz, Moisés Solorza, especialista en energía, brindó su análisis sobre la reciente baja del 1% en el precio de los combustibles anunciada por YPF, y criticó la política energética del Gobierno de Javier Milei, señalando sus efectos sobre el costo de vida.
Solorza comenzó señalando que la rebaja del 1% en el precio del combustible, equivalente a entre 7 y 12 pesos por litro, es insuficiente y meramente simbólica. “En términos prácticos, llenar un tanque hoy cuesta unos 50 mil pesos, y este ajuste apenas supone un ahorro de 360 pesos. Es despreciable para el consumidor promedio”, expresó.
El especialista también analizó la estrategia del Gobierno Nacional en el manejo de los combustibles, enfocándose en la dolarización del precio del petróleo y la intención de igualarlo al valor internacional. “La lógica que el Gobierno está implementando es llevar los precios locales a la paridad de importación y exportación, como sucede en países que no tienen recursos propios, como Chile o Uruguay. Argentina, en cambio, tiene gas, petróleo y una empresa de bandera que podría evitar este ajuste, pero se está optando por una política que nos somete a la volatilidad de los mercados internacionales”, afirmó.
Solorza advirtió que el impacto de estos ajustes se agrava por la situación geopolítica global, haciendo referencia a la reciente escalada de tensiones en Medio Oriente. “Cualquier conflicto externo tiene un efecto directo sobre el precio del crudo, y eso se traduce automáticamente en los costos internos. Estamos atados a variables que no manejamos, lo cual es un gran riesgo”.
En cuanto al impacto en la economía local, Solorza fue enfático en señalar que la baja del 1% no tiene efectos reales en el costo de vida. “No se va a notar en los precios de productos básicos ni en los costos logísticos. Es una medida superficial que no representa ningún alivio real para los consumidores ni para la economía”, finalizó.