Conversamos con el Politólogo y editor de Artepolítica acerca de los principales puntos de objeción respecto de la implementación del voto electrónico en Argentina. Ejes de debate y la necesidad de que la gente confíe en el sistema. Los tiempos de cualquier reforma. Las dudas y los debates por venir.
Tomás Aguerre señaló en Radio Provincia los principales puntos de oposición acerca del voto electrónico sus argumentos y las posibilidades de fraude mediante este sistema que la Alianza Cambiemos impulsa de la mano con una reforma electoral.
El politólogo destacó dos cuestiones esenciales en torno a los cuestionamientos del sistema: la vulnerabilidad del sistema y el control de la ciudadanía.
Respecto de la vulnerabilidad, explicó que “todos los especialistas están de acuerdo en que no se pueden construir sistemas informáticos absolutamente seguros, no hay forma de crear sistemas invulnerables y garantizar que lo son. Imaginemos que es un problema para los grandes bancos, o sea que imaginen un sistema electoral en el cual debemos todos confiar ya puesto en duda desde el origen.”
El segundo argumento vinculado con el voto se basa en que “una elección debe ser algo controlable por cualquier ciudadano, y este es un argumento que se ha usado mucho en todo el mundo, porque cualquier persona sin ningún conocimiento técnico en particular tiene que dar fe de que todo el sistema funciona bien. En este caso esto es un problema, porque todos podemos operar la maquina pero no sabemos si internamente está funcionando bien, o sea no podemos ejercer el control.”
En lo que respecta a las consultas sobre el supuesto respaldo de papel que plantea el gobierno, Aguerre explicó en LU14 que “esto no quiere decir que no sea voto electrónico, es voto electrónico con respaldo en papel.” Sobre esto “los especialistas plantean además que el respaldo en papel lo imprime la misma máquina que hace el proceso. Por ende se genera un problema estructural en el caso de que el sistema esté fallando.”
En ese mismo sentido, se abrió un debate sobre que la boleta debería venir con un chip “con el cual parecen estar empecinados” esto sería lo que permite hacer el telegrama en mesa. Aquí vemos “una especie de contradicción porque, por un lado decimos que cuenta el papel, pero el que cuenta es la maquina porque no existe el supuesto doble conteo. Y si se diera va en contra del argumento de la velocidad que es uno de los argumentos.”
Otra de las cuestiones que planteó el editor de Arte & Política es el “tiempo de la implementación en Argentina” porque “muchos países han probado con este sistema, algunos lo mantienen y otros que lo probaron decidieron volver a la boleta de papel. En todos hubo un patrón común, hicieron muchísimas pruebas piloto en algunos lugares para luego llevarlo al territorio nacional.”
Consultado respecto de las “pruebas piloto”, Aguerre respondió que “una de las cuestiones básicas es poner en condiciones las escuelas para recibir un implemento tecnológico. Para ello, si el año que viene querrías hacer testeos en algunas provincias deberías empezar a adecuar las escuelas para recibir las máquinas. Lo que es peligroso es querer hacerlo en 6 meses, eso no lo hizo ningún país del mundo.”
Tambiés se cuestiona que la reforma política que el oficialismo propuso debatir ha quedado reducida a voto electrónico no, voto electrónico sí. “No necesariamente tenemos que ir a un voto electrónico, podríamos discutir cuestiones como la oferta electoral, los escrutinios. La falencia es que diagnostica una serie de problemas y después no dan herramientas para solucionar esos problemas.”
Por ejemplo uno de los problemas que se plantean como resultado de un “dudoso diagnóstico” es “el clientelismo” pero “eso no es un problema de cómo se emite el voto –planteó el politólogo- es un problema social mucho más complejo que en todo caso no se resuelve de esta manera. La reforma política o electoral está dejando muchos temas afuera y se termino rediciendo todo a un chip en una boleta” afirmó.
Sobre el debate del chip contó que “lo que mostraron varios especialistas es una aplicación que si la acercas al chip tiene la capacidad de leer lo que en ese chip se ha grabado. Aquí lo que aparece es un primer problema para nuestro voto: la violación del secreto”
“El segundo problema es que el objetivo fundamental de un sistema electoral es que el electorado tenga confianza absoluta en el sistema. Por lo tanto tenemos que hacer reformas que hagan que uno confíe cada vez más en el sistema. Porque existe la potencialidad de que se viole el secreto de voto entonces es un problema potencial que anula cualquier paso siguiente” reflexionó Aguerre.
“El principio del voto es entre otros el secreto del mismo, entonces si ese principio está cuestionado, ya es un problema en sí mismo, aun si ese voto no es leído por nadie” agregó.
También contó que “todos los especialistas afirman que un error en el sistema basado en la boleta papel, es un error que no “escala” mientras que un error en un sistema digital, cualquiera sea, y no necesariamente tiene que ser intencional, puede ser un error de programación que no se detecte y escala a todo el sistema alterando los resultados.”
Además se refirió a que el proyecto también plantea la figura de un fiscal informático “que no está claro a qué se refiere y qué cosas puede o no hacer.”
“Hay una parte del proceso electoral que ahora se reduce a un grupo de especialistas tienen un conocimiento especial. Los propios especialistas dijeron que el día de la elección no se puede auditar en el día de la elección. Porque lleva tiempo. No se puede controlar de una manera fehaciente que todo esté funcionando como debe en el momento de la elección.”
Por último se refirió al tiempo de implementación de cualquier reforma de este tipo, “es necesario que cualquier transformación sea paulatina y gradual. No podemos perder la confianza de la gente en el proceso electoral” concluyó.
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