En el predio que perteneció a Austral Construcciones y que hoy gestiona Santa Cruz Puede, la ministra Nadia Ricci destacó el valor de recuperar infraestructura para avanzar en la industrialización de la provincia. Anticipó la instalación de la planta de alimento balanceado, la generación de empleo local y un cambio estructural en la producción santacruceña.
En el ingreso a Río Gallegos, donde durante años el abandono habló más fuerte que cualquier proyecto, hoy se abre una escena distinta. En el predio que perteneció a Austral Construcciones —y que la provincia adquirió en remate judicial— la ministra de Producción, Comercio e Industria, Nadia Ricci, resume el momento con una imagen contundente: “Símbolo de la corrupción, hoy transformado en símbolo de producción”.
La frase sintetiza el sentido político y productivo que el Gobierno Provincial le imprime a Santa Cruz Puede S.A.U., la empresa estatal que ya planifica la instalación de una planta de alimentos balanceados, un laboratorio y otras iniciativas industriales. “El gobernador Claudio Vidal lo marca permanentemente: producción, trabajo y educación. Estar acá, en este lugar que fue la postal del saqueo, es muy significativo para nosotros”, afirma Ricci.
El predio todavía muestra huellas del abandono: maquinaria pendiente de definición judicial, estructuras dañadas y grandes galpones sin uso. Aun así, la ministra ve una oportunidad concreta: “Acceder a esta infraestructura por menos del 50% de su valor real nos permite acelerar los proyectos. Nos ahorramos años de obra y empezamos con ventaja”.
Ricci anticipa un año de trabajo intenso para poner a punto los espacios y comenzar a recibir equipamiento: “En doce meses vamos a poder volver a este mismo lugar y decir: acá hay industria en la provincia de Santa Cruz”. La ministra insiste en que la transformación no se limita a reciclar un predio: busca cambiar la matriz económica. “Tenemos que salir del modelo extractivo y avanzar hacia una economía diversificada con valor agregado”, señala.
Por ahora, los primeros pasos se centran en la planta de alimentos balanceados y en un laboratorio, aunque ya hay otras industrias iniciando conversaciones con la SAU. “Esto le va a cambiar la cara al ingreso de la ciudad, pero también la lógica productiva de la provincia”, sostiene.
