Un hecho histórico para la conservación de especies en la provincia. La comunidad de Puerto Santa Cruz celebró junto a los equipos técnicos de Aves Argentinas y Fundación Por el Mar la emotiva liberación.
La mañana del lunes fue diferente en Puerto Santa Cruz. Frente al estuario, vecinos y vecinas se acercaron espontáneamente a la costanera para aplaudir la partida y el regreso de la lancha que transportaba a los primeros ejemplares de Macá tobiano nacidos y criados en cautiverio. Fue un hecho inédito para la conservación de la biodiversidad en la provincia: por primera vez, esta especie en peligro crítico volvió al río desde una estrategia científica complementaria, que busca reforzar su población.
La veterinaria Gabriela Gabarain, del Programa Patagonia de Aves Argentinas, fue una de las protagonistas del proceso. “Todavía siento una tormenta de emociones. Fueron muchos años esperando este momento, y muchos meses de trabajo intenso. Pero verlos ahí, buceando, desplegando, todos juntos, es una alegría inmensa”, expresó.


Los tres ejemplares fueron criados a partir de huevos recolectados en una de las lagunas de la meseta. Durante meses, un equipo técnico encabezado por Gabarain realizó el proceso completo de incubación y alimentación en la estación biológica, desde las primeras horas de vida de los pichones. “Estuvimos cada media hora, de día y de noche, dándoles de comer, poniéndolos en piletas para que naden. Pasaron por varias etapas hasta llegar a la pileta grande, la famosa Pelopincho”, relató la especialista.
Según detallaron desde el Programa, los Macá tobianos suelen poner dos huevos, pero crían un solo pichón. Por eso, recuperar los segundos huevos y criarlos en condiciones controladas podría duplicar el número de individuos por temporada. “Este año logramos establecer el protocolo. Si en el futuro logramos liberar 20 o 30 pichones por año, podríamos sacarlos de la categoría de peligro de extinción”, agregó Gabarain.
Un dato no menos, es que todos los pichones liberados fueron anillados, lo que permitirá su seguimiento en futuras migraciones. “Si ven un tobiano con anillo rojo, avísennos”, pidió la veterinaria. Durante el invierno, los equipos continuarán con los censos para verificar cuántos ejemplares regresan a sus hábitats naturales.

Ana Fernández, integrante de la Fundación Por el Mar, contó que “desde el viernes estuvimos con distintos eventos comunitarios, como el monitoreo previo y el encuentro ‘Volver a casa’. Hoy a la mañana estaba la costanera llena de personas saludando, aplaudiendo, sacando fotos. Las escuelas de Las Heras, Los Antiguos, Gregores también siguieron la transmisión. Fue una fiesta. Fue muy emocionante”, contó.
El trabajo articulado entre el Programa Patagonia, Aves Argentinas, Fundación Por el Mar, Parques Nacionales y el municipio de Puerto Santa Cruz demuestra que la conservación también es un hecho colectivo. Un símbolo de esperanza para una especie emblemática de la Patagonia austral y un llamado a seguir cuidando nuestros ecosistemas.

