En el aire de Radio Provincia, la columna Ágora Sur volvió a abrir un espacio para pensar la democracia. Las profesoras Carolina Mussi y Claudia Mansilla, licenciadas en Ciencias Políticas y docentes de la UNPA UARG, propusieron un recorrido que combina historia, teoría y, sobre todo, un llamado a la reflexión colectiva sobre cómo queremos convivir.
La charla comenzó con una definición sencilla y clara: la democracia como un juego con reglas preestablecidas, un espacio en el que se decide quién puede gobernar y de qué forma debe ejercer el poder. Sin embargo, como recordaron, es más que un conjunto de procedimientos, sino también de los sentidos que las sociedades le otorgan a esa palabra tan cargada de historia y de vida.
Una conquista que no se olvida
Para comprender estos sentidos, las profesoras invitaron a remontarse al inicio de los años 80, cuando la democracia en Argentina se convirtió en sinónimo de vida. Veníamos de una dictadura feroz, en la que el Estado había aniquilado no sólo cuerpos, sino también voces y proyectos. En esa recuperación democrática, la posibilidad de votar y elegir a los representantes era una garantía de existencia.
“En ese momento, la democracia expresa la vida misma”, señalaron las docentes, y recordaron cómo ese entusiasmo inicial se tradujo en discursos que, como el preámbulo nacional, ligaban a la democracia con todas las esperanzas sociales: vivir, comer, estudiar.

Cuando asumió la presidencia, Raúl Alfonsín hizo famosa esa frase en un discurso.
El desencanto y la desconfianza dentro de los desafíos de hoy
Pero en estos 42 años, la democracia también ha enfrentado momentos difíciles. Como explicaron las profesoras, “la confianza en las instituciones se ha visto erosionada, y la desafección política crece en muchos sectores”.
¿Cómo podemos ver un claro ejemplo de esto? Sencillo: cada vez son más los votos en blanco y las ausencias en las urnas, sobre todo entre quienes ya no creen que su participación pueda transformar la realidad.
Sobre este punto, las licenciadas en Ciencias Políticas compartieron algunas claves para entender sobre este desencanto. Una especie de síntomas de que la democracia corre riesgo:
– el desencuentro entre representantes y representados
– la sensación de que los partidos políticos cuidan más sus intereses que los de la ciudadanía
– y la amenaza a libertades esenciales como la de prensa y el acceso a la información.
El peligro de la polarización extrema
Uno de los ejes más profundos de la conversación fue la advertencia sobre la creciente polarización en nuestra sociedad.
Cuando la lógica democrática —que reconoce la diversidad y el antagonismo como parte constitutiva de lo político— se ve reemplazada por la idea de que el adversario es un enemigo, “se quiebran las reglas básicas de convivencia”.
Las profesoras recordaron que “la democracia no implica unanimidad, sino acuerdos y negociación. Cuando estos espacios de discusión se deslegitiman o se desmantelan”, se abre paso a la desconfianza y a la violencia simbólica y real.

En tiempos turbulentos, bien hacen estos espacios desde la Radio pública. Para abrir estas instancias donde podemos discutir sobre lo importante de la democracia y la política entendida como un espacio de negociación y construcción colectiva, para que vuelva a ocupar el lugar que merece.
“Debemos recuperar el valor de lo político, del antagonismo, de las diferencias, porque es la única forma en la que podemos avanzar hacia una sociedad mejor”, señalaron.
Una democracia que, más allá de sus crisis y desafíos, sigue siendo el mejor espacio para reconocernos como sociedad y para defender la vida.
Para seguir profundizando en estos temas, te invitamos a sintonizar Ágora Sur cada semana en LU14 Radio Provincia, un espacio de diálogo, ideas y reflexión que nos recuerda que la democracia también se construye día a día, en cada palabra compartida.

