La Semana conversó con el presidente de la Federación Agraria Argentina sobre el convenio de flexibilización acordado entre el Gobierno Central y organizaciones rurales. FAA no acompañó el convenio y cuestiona sus fundamentos.
La Federación Agraria rechazó el “convenio productivista” firmado por el Gobierno nacional con la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales y Coninagro, junto al gremio de los peones rurales, la UATRE.
“No sé si hubo discusión siquiera. Si hubo un debate con otras organizaciones, lo desconozco, pero no lo hubo con la Federación Agraria. Hay que repensar a quien se quiere beneficiar con este tipo de acuerdos productivistas que quita conquistas históricas”, sostuvo Omar Príncipe, titular de la entidad federada.
“Se trata de un convenio productivista en un contexto donde se instaló la idea del costo laboral alto. Nosotros no lo firmamos porque no beneficia a los agricultores y a los trabajadores”, agregó Príncipe.
Para el titular de la Federación Agraria es “una contradicción poner los esfuerzos de las partes en incrementar la productividad si se profundiza el modelo económico basado en la importación de productos”.
“Seremos más competitivos ante el mundo si el Estado garantiza las oportunidades para más productores y se redobla la apuesta a la generación de empleo digno en el campo. No creemos que flexibilizar importaciones y derechos sea el camino; con pequeños productores más vulnerables, también los trabajadores rurales son más vulnerables”, sostuvo el federado.
Uno de los puntos flexibilizadores tiene que ver con los trabajadores del arándano. El ministerio de Trabajo, que conduce Jorge Triaca, informó que se elimina la cantidad máxima a cosechar por trabajador, para generar más productividad.
-¿Esto es casi el reconocimiento de la explotación de los trabajadores?
-Si, puede ser una lectura adecuada. La foto que veo a diario es que los agricultores (de FAA), en muchos casos somos los que trabajadores de nuestras tierras, trabajamos en la cosecha de los cítricos, los que hacemos la poda, plantamos la huerta, y por eso tenemos esta concepción de que somos los trabajadores de la tierra. El trabajo y el salario tienen que ser dignos para todos.
