El reconocido historiador Felipe Pigna dialogó con Radio Provincia sobre la destrucción del monumento a Osvaldo Bayer en Río Gallegos, una acción que, lejos de borrar la memoria, provocó un repudio generalizado y reavivó el interés por la obra del autor de La Patagonia Rebelde.
“Repudio absoluto”, fue lo primero que expresó Pigna al ser consultado por lo que sucedió y agregó una reflexión: “Creo que les va a salir muy mal, les va a salir al revés. Hoy se está hablando de Osvaldo en lugares donde no se solía hablar de él. Hay editoriales preparando rediciones de sus libros, gente que junta llaves para levantar monumentos en distintas partes del país. Les salió mal esto, muy mal”.
El monumento, ubicado sobre Ruta 3 en el ingreso a Río Gallegos, fue demolido por personal de Vialidad Nacional durante la mañana del 25 de marzo. La imagen de la topadora destruyendo el rostro de Bayer recorrió el país y encendió una profunda reacción social, cultural y política. “Es insólito. Una organización que no está haciendo ni un kilómetro de camino se dedica a romper monumentos. No teníamos noticias de Vialidad Nacional y resulta que reaparecen para esto. Es autoritario, un intento de borrar al que piensa distinto”, afirmó el historiador.
Pigna, que conoció y compartió espacios con Bayer, no duda de su impacto histórico y su vigencia: “Osvaldo fue una persona extraordinaria, de un valor humano e intelectual maravilloso. Enseñó a pensar, rescató una matanza que estaba prácticamente olvidada. Le dio orgullo e identidad a la Patagonia. Eso lo vuelve peligroso para algunos sectores. Por eso intentan censurarlo. Pero siempre pasa lo mismo: los hechos de censura terminan provocando lo contrario, y multiplican los homenajes”.
La figura de Bayer y su trabajo sobre los fusilamientos de obreros rurales en Santa Cruz —ocurridos entre 1920 y 1921 durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen— es indispensable para la comprensión de la historia patagónica. “La Patagonia rebelde narra las masacres perpetradas por los estancieros patagónicos, muchos de ellos británicos y otros de las familias prehispánicas argentinas, con el apoyo del Ejército. Lo que pedían los peones era un aumento de sueldo, abrigo, velas, atención médica. Y por eso los fusilaron. 1.500 fusilados por el teniente coronel Varela”, recordó.
Para Pigna, la película basada en el libro de Bayer, estrenada en 1974 y prohibida por la dictadura, sigue teniendo una vigencia “absoluta”. “Todos los actores fueron amenazados. Incluso técnicos. Pero ahí está la película, entre las grandes obras del cine argentino. Y ahí están los libros, entre los grandes libros de nuestra historia. Porque lo intentaron prohibir, pero no pudieron borrar la memoria”.
Consultado sobre cómo responder ante acciones como la destrucción del monumento, Pigna fue claro: “Hagamos más bibliotecas Osvaldo Bayer. Más monumentos. Lo que ellos quieren borrar, nosotros tenemos que redoblar los esfuerzos para que no ocurra. Y leamos a Osvaldo, porque el mejor homenaje hoy es leerlo”.