Conversamos con el Secretario General de la Asociación Judicial bonaerense de Quilmes e Integrante de la CTA quien compartió un balance de lo que fue el año en términos laborales. “Hay caída muy marcada del consumo y eso inevitablemente se traduce en mayor desempleo” analizó.
“Las variables económicas han sido todas negativas” expresó Massaro en Radio Provincia. En este sentido aclaró que “algunas ramas industriales fueron la excepción esto gracias a la acción de algunos sindicatos que han tenido acuerdo sectoriales de orden políticos, no mediados por lo gremial y así lograron mantener los salarios.”
“Parte de la crítica respecto de esta actitud de algunos sindicatos es que los acuerdos se han instrumentado a través de la CGT y se han modificado las funciones de la Central General del Trabajo, porque los sindicatos deben defender a sus afiliados pero la CGT debe tener un trabajo de conjunto de defensa o influenciar en las variables macro para beneficiar a la totalidad de la clase trabajadora y no solo a un sector” reflexionó.
“La CGT favoreció políticas concretas que a la mayoría de los trabajadores los han perjudicado” agregó.
“Veamos que la agenda de la CGT, su estrella con salida parlamentaria fue ganancias y no excede el 10% de los trabajadores registrados contemplando que el trabajo no registrado supera el 35%. Entonces se contención legislativa para la elite de la clase trabajadora pero entonces la CGT deja de tener un tinte popular si su único eje pasa por ese sector minoritario de los trabajadores.”
“Hay un contraste notorio con la visión de la corriente federal que es una escisión de la CGT y que propone una construcción mucho más popular inclusiva, la CGT ha tenido una actitud muy mezquina con la mayoría de los trabajadores” afirmó.
En una nota titulada Del conflicto laboral a la crisis social, Mariano Massaro se refirió a este tema y planteó que “desde sus inicios el kirchnerismo otorgó una centralidad al mundo del trabajo, generando una dinámica laboral que supo metabolizar la crisis social existente (24,3% de desocupación a 5.9%) orientándolo hacia el conflicto laboral, de tal forma que el capital y el mundo del trabajo entablaron un diálogo complejo que tuvo en el centro de la escena la puja distributiva, donde el Estado no fue neutral, por el contrario, asumió un rol activo a favor del trabajo, reponiendo instituciones como la Negociación Colectiva y el Consejo del Salario Mínimo para dar curso a dicho diálogo.
En este sentido analizó que “se pasó de un estadio de disputa o conflicto laboral institucionalizado, siempre con una posición a favor del trabajador, discutiendo mejoras; y por eso, el salario real quedo siempre por encima de la inflación. De eso pasamos de eso a una crisis social, porque se derrumbó un paradigma que giraba en torno al trabajo y no a la pérdida del mismo” explicó en LU14.
“En algunos casos muchos actores del campo popular favorecieron con sus actitudes la aplicación de políticas que han perjudicado a las mayorías” agregó.
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