En la 31ª Feria Provincial del Libro, el escritor y poeta riogalleguense Jorge Curinao volvió a encontrarse con el público entre libros, recuerdos y emociones. No presentó una nueva obra: esta vez se instaló detrás de un puesto de libros usados, rodeado de ejemplares que alguna vez fueron de otros y hoy buscan un nuevo lector.
“Yo empecé a vender libros hace dos o tres años en la Feria Americana del Centro Chileno. Y Gallegos es un público muy lector. Es mentira eso de que el libro va a desaparecer”, contó en diálogo con Radio Provincia.
Curinao participó por primera vez de la feria en 2005, cuando trabajó junto a “Pajarito” Méndez en la histórica librería Luen. Desde entonces, su presencia se volvió parte de la memoria colectiva del evento. “Siempre estuve rodeado de libros, participé de todas las ferias. Recuerdo haber ido de chico cuando se hacían en la Rural. Me gusta eso de celebrar la palabra, de encontrarse con la gente”, dijo.
Con una trayectoria que lo llevó a publicar poesía y a ser reseñado en medios nacionales como Clarín, La Nación y La Guacha, Curinao reconoce que hoy vive un momento distinto, más tranquilo. “Escribo, leo, pero no hay apuro. He publicado los libros que quería. Ahora es disfrutar”, reflexionó. Sin embargo, sigue encontrando en la poesía una fuerza vital. “La poesía me salvó, me salvó el alma, me salvó la vida. Me acompañó en momentos difíciles y hoy está ahí cada vez que la leo. Me cambia, me hace bien”.
Aun así, se muestra optimista. Da clases de inglés, anda en bicicleta por la costanera y mantiene el hábito de escribir cada día. “Tengo un diario de vida donde escribo todos los días. La escritura la necesito. A veces como terapia, otras para recordar un encuentro, una charla. Todo lo que hago trato de que esté conectado con lo bueno. He tenido momentos oscuros, pero hoy celebro que la poesía haya estado en mi vida”.
