Julio Alfieri, biólogo santacruceño, compartió en Radio Provincia su análisis sobre la campaña del CONICET en el Cañón de Mar del Plata. Entre hallazgos inéditos y transmisiones virales, destacó el valor de la ciencia pública y la emoción que despierta conocer lo que hay en el fondo del mar.
Durante una entrevista en LU14, el doctor en biología Julio Alfieri compartió su mirada sobre la inédita repercusión pública de la campaña TALUD 4, impulsada por el CONICET junto al Schmidt Ocean Institute. La transmisión en vivo desde el fondo del mar argentino mostró especies nunca antes vistas en su hábitat, despertó curiosidad, humor, preguntas e incluso vocaciones científicas. “Hay chicos que ahora quieren ser biólogos. Y eso es valiosísimo. Porque no se puede cuidar lo que no se conoce”, sostuvo.
Aunque no se especializa en biología marina, Alfieri expresó su admiración por el trabajo de los científicos que participan en esta misión. “Lo que estamos viendo es nuestro. Es soberanía científica y territorial. Y ellos, que vienen investigando hace más de una década en esta zona, hoy tienen la posibilidad de ver a los animales vivos, en interacción con su entorno, gracias al ROV Subastian, un robot submarino de última tecnología”.
El biólogo también destacó el valor pedagógico y emocional de las transmisiones: “Hay momentos en que los científicos se asombran como chicos. Porque muchos habían estudiado estos organismos hace diez años, pero nunca los habían visto en su hábitat natural. Eso emociona. Y además lo cuentan de forma accesible, con lenguaje claro, entre memes, risas y preguntas del público en vivo”.
Más allá del impacto social, Alfieri remarcó el costado más sensible de este fenómeno, y es que “esto demuestra el nivel que tiene nuestra ciencia. Los que están a bordo se formaron en universidades públicas de nuestro país. Son de Córdoba, Mar del Plata, La Plata, Ushuaia. Son parte del CONICET, uno de los organismos más importantes de Latinoamérica, que hoy está siendo bastardeado y desfinanciado. Es doloroso, hay becarios que no llegan a fin de mes y están manejando para Uber”.
Sobre el final, remarcó que esta experiencia da visibilidad a una campaña puntual, pero abre puertas para la educación, la divulgación y la conciencia ambiental. “El 70% de la superficie terrestre es agua, y el 90% de eso son mares y océanos. Tenemos que mirar hacia abajo, entender lo que hay, conocerlo y cuidarlo. Esta campaña es un ejemplo de cómo hacerlo bien: con ciencia pública, con cooperación internacional y con comunicación abierta a toda la sociedad”.

