En diálogo con LU14 Radio Provincia, Estefanía Micheltorena, miembro del equipo del Programa Patagonia, compartió detalles sobre la investigación y conservación del pato de los torrentes, una especie poco conocida que habita los ríos de la cordillera y que se encuentra amenazada en Argentina.
El pato de los torrentes es una de las pocas especies de aves adaptadas a vivir en ríos torrentosos, donde las corrientes son intensas y el agua fluye con fuerza. Se distribuye desde Tierra del Fuego hasta Venezuela, aunque en Argentina se han identificado dos subespecies: una en el noroeste y otra que habita desde San Juan hasta el extremo sur del país.
“Son aves muy particulares. Los machos y las hembras tienen diferencias en su plumaje: ellas presentan un tono óxido en el pecho, mientras que los machos son blancos y negros con una espalda rayada muy característica”, explicó Micheltorena. Además, señaló que estos patos tienen adaptaciones ingulares para moverse en ríos de aguas rápidas. “Poseen patas grandes y musculosas, una cola larga y rígida que les permite maniobrar con precisión en las corrientes y un pico flexible que utilizan para alimentarse de larvas de insectos”, detalló.
En la provincia de Santa Cruz, los estudios se concentran en los ríos y arroyos de la cordillera, con especial foco en la cuenca del río de las Vueltas, en la zona de El Chaltén. Desde el Programa Patagonia, un equipo de investigadores monitorea la población de la especie a través de censos y muestreos en distintos puntos.
“Hacemos observaciones con binoculares y utilizamos una red especial para analizar la disponibilidad de alimento en el agua, imitando la forma en que el pato se alimenta raspando las rocas”, explicó.
Conservación y amenazas para la especie
A pesar de su amplia distribución en Sudamérica, la población del pato de los torrentes en Argentina está disminuyendo. “No está en peligro de extinción, pero sí se encuentra en la categoría de especie amenazada. Por eso, es clave estudiar su comportamiento y las amenazas que enfrenta”, explicó Micheltorena.
Entre los principales factores que afectan a la especie, mencionó la presencia de especies invasoras como el visón americano, que altera la dinámica de los ríos y compiten por el alimento. Además, el cambio climático ha generado fluctuaciones en los caudales de los ríos, modificando su hábitat.
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Las actividades humanas también representan un riesgo. Uno de los principales problemas es la actitud de los turistas en los ríos. “Muchas veces, cuando la gente se detiene a observarlos, los patos se ven obligados a desplazarse, lo que puede afectar su comportamiento y su alimentación”, señaló. En este sentido, Estefanía recomendó que, si se los avista en algún recorrido, se los observe sin interferir en su espacio.
A nivel científico, el objetivo del equipo es generar información para la conservación de la especie. “Hay muy pocos estudios sobre el pato de los torrentes en Argentina, por eso estamos trabajando en censos, registros y publicaciones. Parte de esta investigación formará parte de mi tesis de licenciatura, y la idea es seguir avanzando en un doctorado”, explicó.
Estefanía actualmente trabaja en la Estación Biológica “Juan Mazar Barnett”, cerca de Perito Moreno, destacó que Santa Cruz es un territorio clave para el estudio de la biodiversidad. “Es una provincia increíble, con una riqueza natural que muchas veces no se conoce lo suficiente. La gente suele asociarla solo con el viento, pero hay muchísimas especies y paisajes maravillosos que vale la pena descubrir y proteger”, afirmó.
Sobre su futuro en la provincia, fue contundente: “Si tuviera que elegir, sin dudas me quedaría en Santa Cruz. Es un lugar que me ha dado grandes experiencias y que tiene muchísimo por explorar desde la ciencia”, concluyó.