Ayelén Alberti: “Tenemos que hacernos responsables del cuidado del bosque”

Ayelén Alberti: “Tenemos que hacernos responsables del cuidado del bosque”

Desde la Dirección Provincial de Bosques del Consejo Agrario Provincial, Alberti coordina acciones de conservación, manejo, restauración y prevención de incendios. Y lo hace con un mensaje simple, directo e imposible de esquivar. “Es una temática en la que todos tenemos que hacernos parte, responsables”

La Dirección de Bosques trabaja con normativa específica, producción forestal y el funcionamiento de la Dirección de Lucha contra Incendios Forestales. Todo está conectado. “El Consejo Agrario tiene delegaciones en las distintas localidades, lo cual es una de las grandes fortalezas, porque es como tener ojos en distintas partes de la provincia” resume Alberti, que conoce de primera mano las realidades diversas del territorio.

Durante octubre, el área llevó adelante talleres participativos en Lago Posadas, El Chaltén, El Calafate, Río Turbio y 28 de Noviembre, donde equipos provinciales, municipios y vecinos trabajaron en la elaboración de mapas de riesgo de incendios. “Estuvimos tomando las observaciones de quienes viven y trabajan ahí. Cada lugar tiene sus propias características” explica. Hay zonas donde las prácticas ganaderas influyen en el manejo del fuego, otras donde el turismo masivo y la sequía elevan el riesgo, y otras donde la interfaz urbano-rural exige planificación específica .

Entre las herramientas que menciona Alberti aparece una regla simple que ayuda a ordenar prácticas: los “meses sin R”. Mayo, junio, julio y agosto —los únicos sin esa letra— son los meses habilitados para solicitar permisos de quema y realizar podas. “Cuando arrancan los meses con R estamos en veda de quema”, dice, celebrando la utilidad del truco para recordarlo.

Fuego, turistas y un verano que exige atención

Uno de los puntos más sensibles de la provincia es la Reserva Provincial Lago del Desierto. Alberti lo explica con claridad: mucha biomasa seca, un flujo enorme de visitantes y una única vía de acceso y salida. “Eso facilita la propagación” afirma, y agrega que en temporada alta no se puede subestimar ningún comportamiento de riesgo .


Las recomendaciones son claras y las mismas, siempre; hacer fuego únicamente donde un cartel indique que está permitido, apagar con abundante agua —nunca con tierra—, prestar atención al índice de peligrosidad y no dejar residuos. “A veces nos parece que tapamos el fogón con tierra y ya está, pero puede seguir quemando por debajo y reaparecer a metros” explica.

Las infancias, dice, son aliadas fundamentales. “Son agentes clave para replicar acciones de prevención. Entienden mucho mejor que los adultos muchas veces”. En muchos jardines de Santa Cruz, los ecoguardianes crecen con esa lógica, la de cuidar lo que es de todos.

Antes de despedirse, Alberti vuelve al punto central, esa línea que organiza todo su trabajo:
cuidar el bosque es una responsabilidad compartida, cotidiana y urgente.

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