En diálogo con LU14 Radio Provincia, Rosa Gómez, directora de Educación Rural, compartió detalles sobre el panorama de las escuelas rurales en la provincia. Con 14 establecimientos primarios y un secundario itinerante, el sistema educativo se prepara para el nuevo ciclo lectivo 2025.
La ruralidad en Santa Cruz se divide en tres grandes escenarios: en el norte, centro y sur de la provincia. Las escuelas están insertas en pequeñas localidades con mayor acceso a servicios, mientras que en el sur se ubican en parajes más aislados, muchas veces dentro de estancias.
“Nuestra provincia es extensa y la educación rural refleja esa diversidad. No es lo mismo una escuela en una comunidad de 200 o 300 habitantes que una ubicada en plena estepa, donde la institución educativa es el único espacio de encuentro y formación”, explicó Gómez.
El acceso es uno de los principales desafíos. Algunas escuelas cuentan con caminos asfaltados, otras dependen de rutas de ripio que se vuelven intransitables en invierno. También varía la cantidad de docentes: hay instituciones con equipos completos y otras donde una sola persona se encarga de todo el ciclo lectivo.
“La realidad es diversa, por eso es fundamental trabajar en red con otras instituciones para garantizar derechos. Durante el último año avanzamos en articulaciones con ANSES, Distrigas, Renatre y Salud, lo que nos permitió llevar soluciones concretas a las escuelas más alejadas”, detalló.
El secundario itinerante es otro elemento clave en la ruralidad santacruceña. Con siete sedes distribuidas en distintos puntos de la provincia, los docentes viajan semanalmente para brindar clases en diferentes localidades.
“El año pasado egresaron cinco alumnos del secundario rural, y tres de ellos ya se inscribieron para continuar sus estudios. Una estudiante de Glencross ingresó a la carrera de suboficial de Policía y otra alumna del Cóndor se anotó para estudiar inglés en Río Gallegos”.
Infraestructura, tecnología y el compromiso de la comunidad
Uno de los ejes propuestos para este año, es la recuperación y el mantenimiento de los edificios escolares, una tarea que puede volverse aún más compleja por la distancia y las condiciones climáticas.
“Cuando llegué a la dirección, noté una gran diferencia entre zona norte y zona sur en términos edilicios. En el norte había mayor continuidad en el mantenimiento, mientras que en el sur nos encontramos con muchas escuelas deterioradas. Se está trabajando para revertir esa situación y garantizar condiciones adecuadas para los estudiantes y docentes”, explicó.
El acceso a la tecnología es otro desafío. Si bien la conectividad mejoró en comparación con años anteriores, muchas escuelas aún no cuentan con internet de manera permanente. “Cuando la escuela de Fuentes del Coyle no estaba en condiciones, los docentes lograron sostener el vínculo educativo a través de WhatsApp y visitas domiciliarias. Los chicos se conectaban con un teléfono y recibían el material a través de los directivos. Es un ejemplo del compromiso que tienen los docentes de la ruralidad”, destacó.
Las propuestas pedagógicas buscan igualar oportunidades sin perder de vista el contexto. Las escuelas rurales de Santa Cruz ofrecen clases de inglés, informática y proyectos de huerta, además de actividades específicas según su entorno.
“Los alumnos de Jaramillo, por ejemplo, trabajan en articulación con el Bosque Petrificado y el Parque Eólico, lo que les permite conocer alternativas laborales desde la primaria. La idea es replicar estas experiencias en otras escuelas para que los estudiantes puedan proyectar su futuro sin necesidad de migrar”, explicó.
El sentido de pertenencia es un pilar en la educación rural. No solo en los alumnos, sino también en los docentes, quienes muchas veces deben pernoctar en las escuelas por las distancias.
“Tenemos escuelas albergue en Gregores, Las Vegas y Fuentes del Coyle, donde los estudiantes permanecen durante la semana. Hay docentes que se quedan en las escuelas por las condiciones del clima o porque simplemente no pueden regresar a sus casas. Aun así, los chicos llegan a la escuela, no importa cómo, llegan”, subrayó.
Desde la dirección, además, se impulsa la integración entre escuelas rurales y urbanas a través de actividades culturales y deportivas. “En zona norte hay varios proyectos en marcha, como el Canta Niños en la Escuela 20, el Festival de la Música en Koluel Kayke y el Patio de Nuestras Tradiciones en Jaramillo. La idea es extender estas experiencias a toda la provincia”.
“Me enamoré de la ruralidad”
Gómez, oriunda de Santa Fe , eligió quedarse en Santa Cruz y dedicarse a la educación rural. “Me enamoré de la ruralidad. La relación con los alumnos es completamente distinta, hay un vínculo familiar muy fuerte. Uno no es solo el docente, sino que es parte de la comunidad”, expresó.
De cara al nuevo ciclo lectivo, hizo un llamado a las familias para que escolaricen a sus hijos y aprovechen las oportunidades que brinda el sistema educativo rural. “Las inscripciones están abiertas y los equipos docentes ya están en las escuelas. Si hay familias en estancias o en localidades alejadas que aún no han inscripto a sus hijos, pueden acercarse. Buscamos alternativas para garantizar que cada niño y niña tenga acceso a la educación”, sostuvo.
Finalmente, destacó la importancia de seguir sumando esfuerzos para fortalecer la educación rural en la provincia. “Cada propuesta, cada colaboración suma. Desde una murga que quiera llevar un espectáculo, hasta un grupo que acerque una merienda o materiales. Trabajamos en red y siempre estamos abiertos a iniciativas que contribuyan al desarrollo de nuestros estudiantes”, concluyó.